El viento me llama. Me invita a seguirlo; está solo y en su camino de airosa soledad necesita de mi dolor para compartirlo. El viento no entiende. No sabe que estoy triste, que se me desangra el cansado corazón.
Yo lo escucho cuando pronuncia entre soplidos mi nombre herido y no respondo. No quiero que me encuentre así, desnuda de amor, pasmada de silencio; no sabe que nadie viene. Y no quiero que me lleve.
Viento, dime porqué me elegiste, si no puedo volar contigo. Estoy clavada a esta cruz que no elegí, porque no se eligen las cruces.
Y eres tan constante!! me hielas de noche a través de la persiana. Me refrescas de tarde entre los lirios, me adormeces a veces, cuando espero.
No es que no te quiera, es que no puedo abandonar la espera, no debo descuidar la puerta . Tal vez él vuelva y no me encuentre, viento; recuerda que te escucho, pero no puedo seguirte, no puedo renunciar a la mansedumbre de sus ojos grises, no quiero resignarme a este vacío. Viento, entiende mi quimera y si quieres, acompáñame en la espera.
©CRISTY BATTISTEL ROGGIO
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