La Fiscalía del Perú investiga a dos italianos por el supuesto caso de una banda de campesinos que asesinaba a personas para vender su grasa, según informa el diario limeño
Perú 21, que cita a fuentes de esa institución.
De acuerdo con la versión, los italianos, que supuestamente salieron de Perú en cuanto se descubrió el caso, podrían ser quienes compraban la grasa a los supuestos asesinos. La versión añade que la Fiscalía también investiga a dos médicos peruanos, uno de ellos ya identificado, quienes supuestamente se encargaban de comprobar que lo ofrecido en venta era grasa humana.
El caso de la supuesta banda Los Pishtacos, al que amplios sectores se niegan a darle cualquier credibilidad, es seguido de cerca por la opinión pública peruana desde que la semana pasada fueron capturados tres de sus presuntos miembros y se iniciara la búsqueda de otros ocho que permanecen prófugos.
Uno de los capturados, Serapio Veramendi, dijo a la Policía que la banda secuestraba personas, las mataba y les extraía mediante métodos artesanales la grasa, la que luego era vendida a algunas fábricas europeas de productos de belleza a 15.000 dólares el litro.
Los expertos desconfían del relato, pues no hay pruebas de que la industria cosmética efectivamente use grasa humana y, si lo hiciera, podría comprarla a las clínicas de cirugía estética, que tiran ese material a la basura, con lo que obtendrían un insumo más barato, sin problemas legales y sin las impurezas derivadas de la extracción artesanal. No obstante, la versión es defendida por el Ministerio del Interior y la Policía, que aseguran tener evidencias de la existencia de la banda, que hace referencia al pishtaco, un demonio mítico de los Andes que mata personas para robarles la grasa.
Algunos medios señalan que la supuesta banda podría estar vinculada a la desaparición de unos 60 campesinos a lo largo de años, aunque de momento la Policía trabaja en concreto en el asesinato de un hombre de 27 años, y posiblemente en el de un hermano de éste.
Perú 21 anota que según las investigaciones los compradores de la grasa les daban a los supuestos pishtacos especificaciones respecto a lo que deberían ser las víctimas para obtener mejor grasa: hombres delgados y saludables de entre 20 y 40 años. El ministro del Interior, Octavio Salazar, ha señalado que la Policía continúa con las investigaciones y ha expresado molestia por la incredulidad y hasta burlas que ha desatado la historia.