PECADO...
Mi pecadora piel, tan susceptible al imperioso fuego de tu hoguera, ceniza recurrente en tu madera, renace de tu llama irrepetible
con la misma pasión inextinguible que, ardiendo entre tus brazos, me incinera, voluntaria y eterna prisionera de ansiada tentación irresistible.
Si es tan fácil pecar, ¿por qué el pecado se tiene que pagar con el castigo y reincide después de perdonado?
Si de tanto pecado es Dios testigo, bendigo este castigo bien ganado de morir por pecar siempre contigo....
DE LA RED
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