TENGO UN DOLOR
Tengo un dolor tan peculiar y mío, fuego mortal que el corazón fecunda, herida más de soledad profunda que de órgano vital en desvarío.
Y este dolor parece desafío cuando muestra su imagen iracunda, y con pasión clara y brutal inunda de su calor mi tempestad de frío.
Y es un dolor que llevo por divisa adherido al puntal de mi costado huérfano de dintel y de cornisa.
Tengo este duelo sin piedad clavado en el lugar que me latió la risa, hoy desierto de oasis olvidado.
DE LA RED
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