Soñar.
María llevaba una semana sin soñar, aquello no le gustaba, soñando había ido a lugares maravillosos, había conocido el mundo de las hadas, de las ninfas
de las aguas y de los duendes. Había hablado con las flores y los pájaros y había viajado en el tiempo.
¡Eso es! - exclamó María. Sus sueños se habían quedado en algún lugar de los que había visitado. Tenía que encontrarlos, pero ¿cómo?.
María ideó un plan para encontrar a sus sueños. Aquella noche antes de acostarse puso alrededor de su cama pétalos de flores, un tazón con miel, un cuenco de agua y galletas.
Escribió varias notas: en un papel rosado escribió "HADAS", y lo dejó junto a los pétalos de flores, en otro puso "DUENDES" y lo dejó
junto al tazón con miel, la siguiente nota decía "NINFAS" y lo puso junto al cuenco de agua. ¿Para quién dejó las galletas?, os preguntaréis, las galletas
eran para ella, en el último viaje había sentido hambre y no tenía nada que comer, quizás sus sueños estaban hambrientos y por eso no volvían.
Se fue a la cama dispuesta a encontrar sus sueños.
Ya en la cama María tardó en dormirse, las estrellas que veía a través de los cristales de la ventana tenían un brillo especial, parecía que le hacían guiños.
Una ráfaga de viento abrió de par en par la ventana y levantó a María de la cama. Apoyada en el alfeizar vio una escala que en lugar de bajar como sería
lo lógico ascendía hasta las estrellas. Subió por ella y a medida que subía su cuerpo era cada vez más liviano, se miró los pies y no los veía, sus brazos
se habían convertido en alas, sus cabellos habían crecido y eran de un color distinto, parecían de plata.
De pronto recordó las galletas, no las había cogido.
- No te harán falta - dijo una voz - aquí no necesitas alimentos.
María, sorprendida de que hubiesen adivinado sus pensamientos, preguntó:
- ¿Quién eres?
- Soy tú.
- ¿Yo? - preguntó de nuevo María cada vez más sorprendida.
- Sí, tu otro yo, ese que vive en el mundo de la fantasía, dormida o despierta. Yo siempre estoy unida a ti, aunque a veces no me encuentres siempre estoy
contigo.
- Y, ¿por qué hace tantos días que no sueño?
- Sí sueñas, pero al despertar piensas en otras cosas y no lo recuerdas.
- ¿Dónde estoy? ¿Por qué tengo alas y mi pelo es distinto?.
- Tú lo has querido, al acostarte querías encontrar tus sueños y los has encontrado, solo hay que desearlo y los sueños acuden.
A la mañana siguiente cuando despertó, María se miró los brazos, ya no eran alas, se toco el pelo y era corto y rizado. Todo lo que había puesto alrededor
de su cama había desaparecido incluso las galletas, pero su sueño estaba con ella, y......
Colorín colorado este cuento se ha acabado.
© 2005, Ana Márquez Vázquez
Sevilla. España
Este cuento tiene como protagonista a María PeloVerde.
La protagonista de muchos de los cuentos de Ana.