Estoy a la orilla del mar. Una nave iza sus velas blancas en la brisa matutina y navega hacia el océano. La miro hasta que se desvanece en el horizonte, y a mi lado alguien comenta: “Ha desaparecido”.
¿Desaparecido? ¿Adónde? La pérdida de vista está en mí; no en ella. En el momento en que algunos mencionan su “desaparición”, hay otros que la ven arribar y otras voces entonan el alegre grito: “¡Allá viene!”
Así es la muerte.
Henry Scott Holland