Había una vez una Roca que contenía innumerables átomos, protones, neutrones, y partículas subatómicas de materia. Estas partículas se movían alrededor de manera continua, en un patrón, cada partícula yendo de “aquí” para “allá” y tomando “tiempo” para hacerlo; sin embargo, se movían con tanta rapidez, que la Roca no parecía moverse, sólo estaba allí. Yacía allí, bebiendo el sol, empapándose con la lluvia y sin moverse.
- ¿Qué es esto que se mueve en mi interior? – preguntó la Roca.
- Eres Tú – respondió una Voz lejana.
- ¿Yo? – respondió la Roca -. Eso es imposible. No me estoy moviendo. Cualquiera puede ver eso.
- Sí, desde cierta distancia – estuvo de acuerdo la Voz -. Desde aquí parece que eres sólida, que estás quieta, que no te mueves. Sin embargo, si me acerco más y veo desde muy cerca lo que en realidad está sucediendo, veo que todo lo que compone Lo Que Tú Eres se está moviendo. Se mueve a una velocidad increíble a través del tiempo y del espacio, con un patrón particular que te crea a Ti como la cosa llamada “Roca”. Por lo tanto. ¡eres como la magia! Te mueves y no te mueves al mismo tiempo.
- Entonces, ¿cuál es la ilusión? – preguntó la Roca -. ¿La unidad, la quietud de la Roca o la separación y el movimiento de sus partes?
- ¿Cuál es la ilusión entonces? – respondió la Voz ¿La unidad, la quietud de Dios? ¿O la separación y el movimiento de sus partes?
Neale Donald Walsch