Siente el ritmo. Si llegas a sentirte más en armonía con la existencia, entonces vas por el buen camino. Si encuentras que no estás en sintonía, si te sientes tenso, si surge la angustia, si te pones a temblar –empiezas a perder el sentido de la dirección y comienzas a tener la sensación de que eres accesorio, que nada tiene sentido- entonces una señal inequívoca de que has perdido el compás de la existencia.
Entonces ábrete a la vida, confía en ella, y poco a poco ella destruirá todas tus inhibiciones y la energía empezará a manar en todas las partes en donde ha sido reprimida.
Todo lo que hagas, hazlo con la idea oculta de que tienes que lograr una mayor fluidez. Si tomas la mano de alguien, tómala de verdad. Las estás tomando de todas maneras, ¿por qué no hacerlo realmente? ¡Hazlo realmente! Que no se trate sólo de dos manos entrelazadas, cada una de ellas deseando desprenderse de la otra. Si hablas, que la charla sea apasionada, de lo contrario aburrirás a los demás tanto como a ti mismo.
La vida debería ser una pasión, una vibrante pasión, una pasión palpitante, una extraordinaria energía. Que nada de lo que hagas sea aburrido, de lo contrario no debes hacerlo. No hay obligación de hacer nada, pero lo que sea que te apetezca hacer, hazlo de verdad.
Osho.