EL REFUGIO
En aquellas colinas generosas que acunan gloriosa la llanura, nuestro dogma acrisolan con agua del remanso en silencio venerable, entre los abedules bajo un cielo estrellado a la sombra del arce, nuestro refugio amado, Cofre de mil secretos, ¡Oasis inolvidable!
Ahí nuestro amor es libre, las cadenas se rompen; se abandonan los miedos, las culpas desvanecen. Solo existimos tú y yo en el espacio divino de prados florecientes y aroma de violetas, una mujer y un hombre se besan sin caretas de compromiso eterno, bajo el cielo azulino.
Amor purificado con aguas cristalinas, fontana de pasiones que bajan danzarinas nos moja de codicias, que el alma desosiegan, y así nos entregamos en un hermoso rito de amarnos sin medida, en el acto más bendito. ¡Delirios que se calman, afanes que consuman!
Irene Vergara Derechos de Autor 2010
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