Amaneció la envidia entre los hombres y reunió en su entorno los afanes que hacen, de los príncipes, rufianes, por ambición y fama de sus nombres. Tienen miedo los reyes de la tierra, Tú proclamas verdades que lastiman, por odio tus milagros desestiman y porque das la paz te hacen la guerra. Te condenan, te insultan, te flagelan, te escarnecen los falsos, los impíos, y te coronan rey de los judíos, mas tus palabras siempre se rebelan.
Pero es legal la humana hipocresía, es el quiero y no puedo de Pilatos, los corruptos, rastreros, sucios tratos, vil moneda acuñada en cobardía.
Tú respondes a "¿Eres el Mesías?": ¿Si en verdad lo dijere, me creeréis?, ¿y si os lo preguntare, qué diréis...?. El mundo sigue infiel en nuestros días, elige sin dudar a Barrabás y a Ti te crucifica, pues no quiere cumplir tus mandamientos y prefiere ignorar que en la gloria reinarás; reinarás sobre humanas monarquías, sentado a la derecha de Dios Padre, con María, elegida Reina y Madre, en un cielo de eternas alegrías.
¡Perdóname, Señor, por mi impiedad, por haberte olvidado tantas veces, por no entregarme a Ti, como mereces!. ¡Confío en tu perdón, tu caridad!.