ESTOY CANSADO DE LUCHAR, NO PUEDO MÁS, A VECES ME HE CREÍDO PODER AVANZAR PERO EL PESO DE MIS AÑOS NO PUEDEN MÁS.
Cuantas veces he pensado retirarme y no seguir, ¡cuantas Dios mío! muchas tal vez, y he seguido una y otra vez la senda de mis pasos pero mi cuerpo se niega, mi cuerpo se niega a continuar a veces el camino se me ha hecho ancho otras en cambio angosto y estrecho lo he tenido que llevar, mi cabeza siempre al cielo preguntándote que a donde estás pero tu guardas silencio, un silencio cepulcral, ¿a donde estás Padre mío? te repito sin cesar, no me dejes mi Buen Padre que me encuentro en la oscuridad.
En esos momentos duros de gran fragilidad, me adentro en tus mensajes, todos llenos de piedad. ¡A quién temes hijó mío! temo Padre a la humanidad, hijos contra padres, hermanos y hermanas, están todos quebrantados hasta mejores amigos lo están, es un mundo de pecado y es un mundo de maldad, donde impera la fuerza y falta de caridad, donde el amor se ha apagado, donde antes las estrellas alumbraban de verdad hoy con suave luz alumbran y apagándose están.
¡Dime tu mi Buen Padre! alguna vez terminará ese odio contra hermanos, y esa mala enemistad, esos hijos que a sus padres apuñalan sin piedad que aunque no sean puñales sus heridas ahí están.
Dímelo tu Padre mío, nos devolverás la paz que tu pueblo ha perdio, nos devolverás el amor que tus hijos no han querio, ¡dímelo tu Padre mío! se terminará esto yá.
Hecho por mi
Paqui