"Los cristianos saben que el pan y el vino de la comunión representan el cuerpo y la sangre de Cristo, pero muy pocos han profundizado en el significado de estos símbolos que corresponden a los dos grandes principios cósmicos: el principio masculino (el pan) y el principio femenino (el vino), que trabajan en todas las regiones del universo. El pan y el vino son dos símbolos solares. Más allá del pan y del vino de la Cena, debemos ver las dos propiedades del sol: su luz y su calor, que crean la vida. La luz del sol, es la sabiduría, y su calor, es el amor. Esto es lo que sobreentendía Jesús cuando decía: «Aquél que come mi carne y que bebe mi sangre tendrá la vida eterna.» Debemos pues comer el cuerpo de Cristo, la sabiduría, y beber su sangre, el amor, para transformarnos. ¡Es tan importante profundizar en el significado de las imágenes y de los ritos que nos presentan las religiones! El día que los cristianos se acostumbren a comulgar cada mañana con esta gran hostia, el sol que se alza en el firmamento, y con este vino, su calor, vivirán la vida eterna. Porque el sol está vivo."
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