Te esparzo mi corazón desde este balcón fragmentado en líneas ahora que pasas. Bien sé que tus ojos tienen la prisa del orgullo y querrán pasar la calle de esta hoja. Pero mira que del silencio cuelga un grito con las extremidades de la fe. Espera sólo un momento para que mi voz, abra tu sonrisa o una lágrima y que al final encuentre reposo entre tu pecho y tus manos. como antes...