Las palabras sabias, se mantienen siempre en vigor a pesar del paso del tiempo. Este es el caso de la frase arriba anunciada, que nos refleja una realidad con respecto a la Ciencia de nuestros días. En algunos aspectos, se la puede calificar de astucia, ya que actúa contra toda ética y moral, vulnerando de esta forma las leyes naturales y apartándose de toda justicia. Y aunque su pretexto es velar por el bien de las personas, en realidad sus fines son egoistas y van mucho más allá, pretendiendo usurpar unos derechos que son exclusivos de la Naturaleza.