- Cuando la boca habla la mente se ocupa
y deja de aprender,
cuando la boca calla la mente se abre
y la comprensión del universo penetra en él.
Que su boca se abra únicamente para
dar luz a aquel que se las haya pedido,
practiquen la contemplación, porque sólo
en el silencio mental puede Dios hacerse
presente en ustedes.
- Maestro, preguntó uno de los discípulos,
muchas veces he observado a las flores,
a las aves, y a las hormigas y me he preguntado
si lo que veo será un mensaje, pero no alcanzo
a comprender lo que las flores, las aves
o las hormigas me quieren dar a entender.
Si de pronto escucho un ruido, me pregunto
si es un mensaje, si voy caminando por el bosque
y aparece de pronto un jabalí me pregunto
si es un mensaje, no sé si defenderme o correr.
No sé si matar a las arañas y víboras
que en ocasiones amenazan mi cuerpo o aprender
que debo ser mordido o picado por ellas
y entonces aprender una lección.
No sé si el río me invita a bañarme o me invita
a respetarlo para no lastimar sus aguas.
No sé si las flores me dicen que son bellas
donde están o me hablan que debo cortarlas
para tener presente siempre que ellas existen.
No sé si cortar las frutas de los árboles
y comerlas o debo respetar su vida
y dejarlas donde están.
No sé si debo caminar observando de
no pisar ninguna hormiga porque es hermana
mía en la creación, o debo simplemente
ignorar que ellas se encuentran a mi paso
y que tarde o temprano
estaré matando algunas.
Dime maestro cuál debe ser mi actitud
y cual es la enseñanza que la naturaleza
nos brinda en cada momento.
( DESCONOSCO SU AUTOR )
Con afe