El odio
No podemos olvidar que todos nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, sean positivos o negativos, generan unos efectos o consecuencias, que inevitablemente pronto o tarde debemos afrontar. Quien a sabiendas de ello sigue albergando en su interior cualquier sentimiento negativo, como por ejemplo el odio, es consciente de que recaerán sobre si las consecuencias negativas de su erróneo proceder, por tanto al incurrir conscientemente en su contra, no hace más que evidenciar su escasa lucidez y su falta de inteligencia.
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