DE COLORES


Que lindos son los colores, que embellecen
nuestra vida, dan viveza a los paisajes;
de elegancia y calidez a las flores abastecen,
de galanura visten a los animales salvajes.

Son hermosos en las aves, brillan en nuestras
pupilas. Nos entregan un entorno diferente.
todo maquillan de nitidez y pureza; muestran
el escenario envuelto en un destello celeste.

Si, esos son los colores que dan brillo, que dan
alegría, que dan sabor a las comidas….
Hasta al agua, en su ausencia la transforman,
en la vital sustancia… ¡que nos da vida!

Todo tiene un color que lo describe, que le da presencia,
que lo identifica, que nos muestra lo sublime,
que es Dios en la creación perfecta de matices,
sin los colores no habría que admirar… solo su esencia.

Si cada planta, cada flor, cada ave… tienen su color,
ese que las caracteriza, con que llenan el ambiente…
Me pregunto con tristeza e impotencia… con dolor
¿Por qué es tan difícil aceptar… los colores de la gente?

De colores somos nosotros como humanos,
para combinar con la naturaleza.
Dios nos creó para tomarnos de las manos,
y caminar juntos en esta grandeza.

Los colores de la piel… nos identifican,
nos separan, nos etiquetan, nos avergüenzan…
nos hacen diferentes, ¿por qué? Así con nuestros
colores, ¡así mismo! somos parte de este elenco.

Así… así nos hizo Dios, en su obra maestra
en este entorno de color, en su maqueta,
nos puso a nosotros en su creación perfecta,
nos visualizó, en fusión con la naturaleza.


En conjunción con el universo, entrelazados
todos formando este espacio absoluto
para combinar con esa flor, con ese fruto
con cada ser existente, así fuimos creados.

Afuera, en nuestra piel llevamos distintos matices,
pero dentro de nuestra cubierta somos similares,
sensibles, pensantes, con anhelos, tristes o felices…

No hay diferencia, todos somos humanos.
así… Dios espera que vivamos como hermanos.




DENEB
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