DOS
Que abierta herida
haz rozado con tus ojos
y me duele toda el alma
cada vez que lo recuerdo
Amanecen mis deberes
y reclaman mi presencia
y sin embargo solo acierto
a refugiarme en tu regazo
como niño muy hambriento
Con el bálsamo en tus manos
y los temores en mis dedos
recorremos los senderos
que nos llevan al deseo
Nos cobijan los segundos
en un tono de silencio
y en su oficio de ladrones
se han robado nuestros besos
Campanillas ni horarios
develen nuestro sueño
yo, recordando las caricias
que se fueron en el tiempo
tu, inventando nuevos besos
que curen mis tormentos...
Gabriel Fernández Arroyo
SALUDOS DE TU AMIGA
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