A salvo del olvido (soneto)
Cuando todo parece que se ha ido y hasta el amor que se llamaba eterno padece los rigores del invierno, queda en la piel el beso recibido
encriptado, tatuado y esculpido. Cuando el silencio es solo frío interno y el amor pasa a ser casi fraterno, queda ternura a salvo del olvido.
Donde hubo fuego, si hoy tu ves cenizas que cubren los rescoldos del pasado, atrévete a soplar que son huidizas.
Puedes haber tu amor recuperado, puedes gozar de nuevo lo que ha sido, queda el cariño a salvo del olvido
Madrigal
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