A mi hermana
Corro de las niñas corro de mil niñas a mi alrededor: ¡oh Dios, yo soy dueña de este resplandor!
En la tierra yerma, sobre aquel desierto mordido de sol, ¡mi corro de niñas como inmensa flor!
En el llano verde, al pie de los montes, que hería la voz, ¡el corro era un solo divino temblor!
En la estepa inmensa, en la estepa yerta de desolación, ¡mi corro de niñas ardiendo de amor!
En vano quisieron quebrarme la estrofa con tribulación: ¡el corro la canta debajo de Dios!
Gabriela Mistral
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