LAS MUJERES
Hay mujeres como caídas del cielo, tan frescas como un trozo de hielo, bendecidas por la mano de las diosas, y que son como tal cual rosas brotan en una mañana de primavera, y cuya fragancia hace despertar toda la más grande quimera que cada mañana nos hace suspirar, con colores llenos de vida deslumbrantes para él que los mira, en cuyo néctar endulzo mi boca y estoy hasta no dejar una gota, como quisiera tenerlas en mi vergel cuidando de día a las más bellas, porque no quiero vivir sin ellas, porque son dulces como la miel, y ya me he embriagado con la dulzura que sale de cada una de sus sonrisas, llevando un poco de su frescura, la cual necesito para cumplir mis ansias.
DE LA RED
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