Si un día dices adiós destierrame de tus días y olvídate de mi nombre, mira que te conviene en otros brazos no nombrarme.
olvídate de los sueños, imagina que el amor es fugaz como el cinturon de brazos que en mi espalda ya no encontrarás.
Maldíceme hasta el cansancio, hasta que el hastío no tenga sentido, hasta que arranques las ropas del olvido y encuentres tu destino.
Olvídate de mis versos, de las camisa de fuerza que encontraste en mis besos, exiliame en tu pasado como un tropiezo más e inventa mentiras y esconde mi verdad.
Sé feliz con tu presente sin un antes ni un después, sin espejos que confundan la piel. Y si un día te da por volver, invéntame la historia que pudimos ser.
Andrés Núñez

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