Tú, que a Dios, llamas por otro nombre, pero a El clamas y respondes, con el corazón inclinado, cargando de fe la voz. tú, que le hablas al amor, en idiomas diferentes, pero al igual que yo, sientes, que te embarga la emoción. Tú, que vez amanecer, mientras miro las estrellas, pero duermes y despiertas, bajo el cielo, igual que yo. Tú, que llevas el color, del orgullo de tus genes, raza y estirpe sostienes, con nobleza, igual que yo. Tú que amas, igual o diferente, pero al igual que yo, sientes, capacidad de entrega y amor. Tú, que defiendes, como todos, tu condición y tu esencia, y dispones, a conciencia, de la vida, igual que yo. Tu, eres mi hermano, donde quiera que te encuentres, aunque hables diferente, nos alumbra el mismo sol.
DE LA RED
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