Por cada mujer que está cansada de actuar con debilidad, auque se sabe fuerte, hay un hombre que está cansado de parecer fuerte cuando se siente vulnerable.
Por cada mujer que está cansada de actuar como una tonta, hay un hombre que está agobiado por la exigencia constante de “saberlo todo”.
Por cada mujer que está cansada como “hembra emocional” hay un hombre al quien se le ha negado el derecho a llorar y a ser delicado.
Por cada mujer que está catalogada como poco femenina cuando compite, hay un hombre para quien la competencia es la única forma de demostrar que es masculino.
Por cada mujer que está cansada un objeto sexual, hay un hombre preocupado por su potencia sexual.
Por cada mujer que se siente “atada” por sus hijos, hay un hombre que le ha sido negado el placer de la paternidad.
Por cada mujer que no ha tenido acceso a un trabajo satisfactorio y salario justo, hay un hombre que debe asumir toda la responsabilidad económica de otro ser humano.
Por cada mujer que desconoce los mecanismos de un automóvil, hay un hombre que no aprendió los placeres del arte de cocinar.
Por cada mujer que da un paso hacia su propia liberación, hay un hombre que descubre que el camino a la libertad se ha hecho un poco más fácil.
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