EL AMOR APARECIÓ
¡Para el alma noble de una mujer, con profundo amor de hombre!
Las horas se hacen interminables... Monótonas... incómodas y desesperantes. Tu idea... Aprisiona mi pensamiento, Con insistencia angustiosa.
Pienso... Siento... Y me agito con fuego volcánico. ¡Estoy amando! ¡Sí, estoy amando! Con un amor que profeso por ti Que no es corriente, ni mezquino, Que es tan profundo Y misterioso como un océano; Que es sencillo y suave como un botón en flor, Y adorablemente tierno y puro, Como el de un niño, Arrullado en los brazos de una madre
Te amo con coraje de un pueblo que busca su ideal. Te amo como amo a la Libertad, Con intensidad profunda de hombre.
Lo bueno se ama... Lo malo se desecha... Pero... ¿Por qué pienso así? Me asalta un estremecimiento. Me inquieto... Me angustio... ¡De qué! No sé. ¡Pero te quiero!
Edmundo Icaza Mendoza
|