Cuando reinan las virtudes.
Voy meditando en silencio en esta noche,
cuanto perdemos los hombres solamente,
por no afianzar las virtudes a la vida,
y descuidarnos en matices diferentes.
Si reina el bien, la moral y la decencia,
se hace más fácil el ir creciendo juntos,
y la distancia entre distintos pensamientos,
se minimiza como la recta entre dos puntos.
Y es el amor el que nos une en alegría,
la calidez se torna suave y evidente,
y el mundo gira al compás de los valores,
que le dan fuerza y nobleza a nuestra gente.
HECTOR OMAR MASI