Los adolescentes ya no tendrán que esconder sus revistas pornográficas debajo del colchón. Podrán simplemente ir a la biblioteca.
La Biblioteca Pública de la Ciudad de New York defiende el derecho de los usuarios a mirar pornografía por Internet dentro de sus instalaciones. Angela Montefinise, vocera de la institución, explicó que es "una regla básica de la política de todas las bibliotecas públicas de la Nación atenerse a la Primera Enmienda".
Por lo tanto, la idea es que alineadas a la Constitución norteamericana las bibliotecas públicas defienden la libertad de expresión y consideran que impedir el acceso a cualquier contenido estaría en contra de dicho principio. Sin embargo, los opositores a la idea sostienen que así como la pornografía nunca formó parte de las colecciones "pre-internet" en papel tampoco debería poder verse a través de la computadora.