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Está bien.
Seré dulce y obediente
o
lo pareceré. Te da lo mismo:
necesita de pronto tu egoísmo,
que
yo me quede así, sumisamente.
Sin sufrir,
sin dolor, sin aliciente,
sin
pasiones al borde del abismo,
sin
mucha fe ni un gran escepticismo,
sin
recordar la esclusa ni el torrente.
Necesitas las
llamas sin el fuego,
que
el fuego del amor no sea un juego
y
que esté el rayo aquí, sin la tormenta.
Quieres que
espere así, sin esperarte,
que
te adore también, sin adorarte
y
estar clavado en mí, sin que te sienta.
©Julia Prilutzky
Farny
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