El camino jamás tendrá una queja que lo pueda tildar de incoherente: nosotros somos quienes transitamos por él, y no es su culpa si lo hacemos escasos de equipaje.
Él nos trae y nos lleva por senderos que decidimos, sin poner reparos, y será nuestra suerte si elegimos aquel que nos conduzca a buena meta, pero si equivocamos nuestros pasos y la ruta elegida no es la idónea, serán nuestros lamentos y amarguras de ese viaje sus jueces y testigos y nadie ha de insistir en su retorno.
Y si alguno se muestra disconforme con la astuta sentencia, que inicie otra vez el nuevo tránsito evitando los yerros del pasado.
Germinal Sanchez
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