Segunda oportunidad
Otoño llegaste y te alojaste en la piel cansada y reseca por el frío de la indeferencia; pliegues en la frente y nieve que cubre las sienes.
Los ojos dos círculos… de parpados adormecidos y lasitud en las comisuras dan aspecto de soledad y derrota.
Y los bosques se divierten al ritmo que el viento les lleva, mientras la espera se hace cada vez más incierta.
A lo lejos un suspiro se escucha, un ápice de luz casi divino penetra en el alma hambrienta, y la vida entonces, quizá… le entregue una segunda vuelta.
La devoción levanta y puede más que la soledad incrustada y agreste, como pasión indeleble devuelve al corazón la vida,
Janett 24 junio 2011
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