BEATA EVA DE LIEJA. Nació en Lieja (Bélgica) a principios del siglo XIII. En su juventud no sabía si abrazar la vida civil o la religiosa. Tanto en su opción como en su espiritualidad influyó mucho su amiga santa Juliana del monasterio de Monte Cornillón. Por fin tomó la resolución de hacerse reclusa, y fue a pedir consejo a Juliana. Ambas se abrieron el espíritu, se consolaron y animaron mutuamente. Eva se recluyó en una dependencia de la iglesia de San Martín, de Lieja. Juliana la visitaba y la entusiasmaba en la empresa de conseguir la institución de una fiesta en honor del Sacramento de la Eucaristía. Juliana murió sin ver cumplido su deseo. Eva continuó en el empeño y consiguió que el obispo de Lieja, Enrique Gueldre, interesase al papa Urbano IV en el proyecto. El 8 de septiembre de 1264 el Papa le envió una bula en la que le anunciaba la extensión de la fiesta del Corpus Christi a la Iglesia universal. Murió el 14 de marzo de 1265.
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PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
San Pablo advirtió a los Corintios: -Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados -judíos o griegos-, un Cristo que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres (1 Cor 1,22-25).
Orar con la Iglesia:
Bendigamos a Jesús, nuestro Salvador, que por su muerte y resurrección nos ha abierto el camino de la salvación.
-Señor de misericordia, que en el bautismo nos diste una vida nueva, haznos cada día más conformes a ti.
-Enséñanos, Señor, a ser alegría para los que sufren, y haz que sepamos servirte en cada uno de ellos.
-Ayúdanos, Señor, a hacer frutos dignos de penitencia y a buscar tu rostro con sinceridad de corazón.
-Perdona las faltas que hemos cometido contra la armonía y unidad de tu familia, y haz que tengamos un solo corazón y un solo espíritu.
Oración: Purifica y protege, Señor, a tu Iglesia, dirígela y sostenla siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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