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SAN LEANDRO DE SEVILLA. Nació en la provincia romana de Cartagena hacia el año 540. Es hermano de los santos Fulgencio, Florentina e Isidoro. Su familia, expulsada de Cartagena, tuvo que refugiarse en Sevilla, donde él se hizo religioso. El año 578 fue nombrado arzobispo de Sevilla. Sufrió persecución y destierro por su empeño en la conversión a la fe católica del pueblo visigodo que profesaba la herejía arriana. Presidió el Concilio III de Toledo (año 589), en el que se logró la conversión del rey visigodo Recaredo y la unidad católica de la nación. Murió en Sevilla el 13 de mayo del 599. San Isidoro, su hermano y sucesor en la sede hispalense, hace de él esta semblanza: «Leandro era hombre de condición apacible, de extraordinaria inteligencia y de preclarísima prudencia. La conversión de los visigodos, de la herejía arriana a la fe católica, fue fruto de su constancia y prudencia».-
Oración: Oh Dios, que por medio de tu obispo san Leandro mantuviste en tu Iglesia la integridad de la fe, concede a tu pueblo permanecer siempre libre de todos los errores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Jesús dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?". Pero el viñador respondió: "Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"» (Lc 13,6-9).
Orar con la Iglesia:
Demos gloria y alabanza a Dios Padre que, por medio de su Hijo, nos concede estos días de gracia y de perdón.
-Escucha, Dios de misericordia, nuestra oración en favor de tu Iglesia, y concede a tus fieles desear tu palabra más que el alimento del cuerpo.
-Enséñanos a amar de verdad y con obras a nuestros hermanos los hombres, y a trabajar por su bien y por la concordia mutua.
-Pon tus ojos en los catecúmenos y en quienes avanzan por el camino de la fe, para que no desfallezcan y lleguen a poseerte en plenitud.
-Danos un corazón dócil a la palabra de tu Hijo que nos invita a la penitencia y la conversión.
Oración: Padre de ternura y generosidad, mira con amor a tu pueblo penitente, perdona nuestras culpas y fortalece nuestra débil voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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