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SAN ANSELMO DE CANTERBURY (o de Aosta), obispo y doctor de la Iglesia. Nació el año 1033 en Aosta (Piamonte, Italia) de familia noble y rica. En su juventud quiso abrazar la vida monástica, pero no se lo permitió su padre. Estuvo viajando por varios países, hasta que llegó al monasterio benedictino de Bec, en Normandía (Francia), donde le cautivó la figura de Lanfranco de Pavía y en el que ingresó. Estudió, se ordenó de sacerdote y enseñó teología. En 1078 fue elegido abad y se consagró a la formación de los monjes en el camino de la Regla y en el servicio de Dios. Visitó Canterbury (Inglaterra), donde estaba de arzobispo Lanfranco de Pavía, y fue tal la impresión que dejó, que lo eligieron para sucederle en 1093. Al frente de su diócesis tuvo que padecer mucho por defender la libertad de la Iglesia en sus tirantes relaciones con los monarcas ingleses, sufriendo dos veces el destierro. Fue un teólogo eminente y su amplia producción literaria es importante para el desarrollo del pensamiento cristiano en siglos posteriores. Es el prototipo del creyente que busca entender su fe para dar razón de ella. Murió en su sede episcopal el 21 de abril de 1109.-
Oración: Señor Dios, que has concedido a tu obispo san Anselmo el don de investigar y enseñar las profundidades de tu sabiduría, haz que nuestra fe ayude de tal modo a nuestro entendimiento, que lleguen a ser dulces a nuestro corazón las cosas que nos mandas creer. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico :
Jesús resucitado dijo al escéptico Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber visto» (Jn 20,27-29).
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Orar con la Iglesia :
Dirijamos la oración a Dios nuestro Padre, para que la comunidad cristiana, confirmada en la fe, dé razón de su esperanza ante los hombres.
-Por todo el pueblo cristiano, para que con su vida manifieste la presencia de Cristo resucitado y la alegría de tenerle con nosotros.
-Por nuestra comunidad cristiana, para que sea asidua en la escucha de la Palabra, perseverante en la oración, constante en la caridad fraterna.
-Por los que sufren y se sienten abandonados, para que no se desanimen, sino que, por la fuerza de la fe y la solicitud de los hermanos, sientan la cercanía del Señor.
-Por los cristianos que dudan, los incrédulos que quisieran creer, los que buscan la verdad, para que, movidos por el Espíritu, lleguen a decir de corazón: «¡Señor mío y Dios mío!».
Oración: Dios, Padre nuestro, te pedimos que el Espíritu de tu Hijo resucitado nos haga vivir la bienaventuranza de creer cada vez más y mejor, aunque a veces dudemos o no seamos coherentes con la fe recibida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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