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SAN ISIDORO DE SEVILLA, obispo y doctor, el último de los Santos Padres latinos de la Iglesia. Nació hacia el año 560, y era oriundo, como sus santos hermanos Leandro, Fulgencio y Florentina, de Cartagena (España). Educado por su hermano san Leandro, arzobispo hispalense, le sucedió en la sede sevillana, donde desarrolló su extraordinaria labor pastoral y literaria, procurando la maduración cultural y moral del clero, fundando un colegio, prototipo de los futuros seminarios. Su sabiduría iba unida a una gran humildad y caridad. Compuso libros llenos de erudición, entre los que hay que destacar el de las Etimologías, organizó bibliotecas, convocó y presidió varios concilios, entre ellos el IV de Toledo del 633, ordenó la liturgia hispano-visigoda, dio cánones sabios para renovar la vida de los religiosos y de los fieles. Después de 40 años de episcopado, murió el 4 de abril del 636. El año 1063 fue trasladado su cuerpo a León, donde hoy recibe culto en la iglesia de su nombre.-
Oración: Señor, Dios todopoderoso, tú elegiste a san Isidoro, obispo y doctor de la Iglesia, para que fuese testimonio y fuente del humano saber; concédenos, por su intercesión, una búsqueda atenta y una aceptación generosa de tu eterna verdad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros no os dejéis llamar rabbí (maestro), porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías» (Mt 23,8-10).
Orar con la Iglesia:
Jesucristo es el pan vivo bajado del cielo e intercede por nosotros ante el Padre, a quien oramos llenos de amor y confianza.
-Por la Iglesia: para que sus miembros demos en todo momento y circunstancia testimonio de su fe.
-Por los ministros de la Iglesia: para que sean colmados de la sabiduría y de la gracia del Espíritu Santo.
-Por los predicadores y los catequistas: para que no desfallezcan ante las dificultades y permanezcan firmes en el anuncio del Evangelio a toda criatura.
-Por los que ponen en práctica las obras de misericordia: para que el Señor los conforte y dé eficacia a sus esfuerzos.
Oración: Concédenos, Padre santo, descubrir y valorar cada día más el don de tu Hijo en la Eucaristía, fuente de luz y amor para todo apostolado. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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