El mundo no se acaba en lo visible. Lo invisible está ahí, y es más importante porque es mucho más profundo. Lo visible no es más que una onda en lo invisible. Lo invisible es el océano. De manera que cuando sucede algo extraño, no lo neguéis y no os cerréis a ello. Abríos, dejad que entre. Y durante el día hay muchos, muchos momentos en los que lo misterioso llama a la puerta. De pronto un pájaro empieza a llamar... Prestadle atención, y hacedlo con el corazón. No os pongáis a analizar qué es. No empecéis a hablar sobre ello. Guardad silencio, dejad que os penetre lo más profundamente que sea posible. No lo entorpezcáis con vuestras ondas de pensamiento. Dejadle paso libre. Sentidlo... no lo penséis. Quizá sintáis una diferencia todo el día porque os habéis encontrado con una rosa por la mañana. Puede que os sintáis diferentes todo el día si habéis visto salir el sol por la mañana y eso os llenó de emoción. Os sentiréis como una persona completamente nueva si habéis visto pájaros y habéis estado con ellos un momento. Vuestra vida ha empezado a cambiar. Este es el modo en que uno se convierte en un buscador. Hay que absorber la belleza de la existencia, su gozo, la abrumadora bendición que representa. OSHO
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