¿Cómo concibes que nace el amor?
He de suponer que es un designio divino, porque tiene rostro de milagro,
porque viene bañado de grandeza.
Es que solamente un Ser supremo, puede tejer los hilos de ese fino enjambre,
que une sentimientos, que inspira palabras, deseos profundos, anhelos sin nombres;
esos hilos que te envuelven como trampas y que tú no ves, que sólo sientes,
que te aprisionan sin ahogarte, que te sueltan sin liberarte.
Pero que hermoso es sentirse preso, no hay libertad que te tiente, esa prisión te da calor,
te llena, no te deja espacios, te envuelve por completo; es sensacional recorrer ese trayecto
que resulta finito, pero que a su vez es inalcanzable, pero siempre, de la misma mano,
bajo esa única sombra, de ese invalorable afecto.
Es hermoso sentirse feliz, adoptar esa postura, que el mundo lo sepa sin que lo digas,
que se perciba en el aire con tu solo paso, como una fina fragancia que perfuma el ambiente.
En circunstancias así, no importa ser predecible, benditas sean las conjeturas o los aciertos,
el aplauso de una sonrisa de aprobación o la imprecisión de una mirada indiscreta...
que hermoso es disfrutar del amor.
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