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SAN GREGORIO I MAGNO, papa del año 590 al año 604, y doctor de la Iglesia. Nació en Roma hacia el año 540 de la familia senatorial de los Anici. Ya de joven desempeñó cargos públicos, y llegó a ser prefecto de la Urbe. Más tarde, distribuyó su patrimonio a los monasterios y se hizo monje en la abadía benedictina de San Andrés, de la que luego fue abad. El papa Pelagio II lo ordenó de diácono y lo nombró legado pontificio en Constantinopla. El 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los pobres, en la reforma de la sagrada liturgia, en su actividad misionera y evangelizadora entre los pueblos bárbaros, en la consolidación de la fe del pueblo cristiano, en el fomento de la vida monástica. Elaboró el Sacramentario que lleva su nombre y constituye el núcleo fundamental del Misal Romano. Dejó escritas muchas obras de carácter moral y pastoral, homilético y espiritual. Murió el 12 de marzo del año 604.
- Oración: Oh Dios, que cuidas a tu pueblo con misericordia y lo gobiernas con amor, concede el don de sabiduría, por intercesión del papa san Gregorio Magno, a quienes confiaste la misión del gobierno en tu Iglesia, para que el progreso de los fieles sea el gozo eterno de sus pastores. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Después de la Última Cena, «Jesús salió y se encaminó, como de costumbre, al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo: "Orad, para no caer en tentación". Y se apartó de ellos como a un tiro de piedra y, arrodillado, oraba diciendo: "Padre, si quieres, aparta de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya"» (Lc 22,39-42).
Orar con la Iglesia:
Oremos a Cristo, nuestro Redentor, que viene cada día a dar la Buena Nueva a los pobres y a los humildes, a los pecadores y a los hombres de buena voluntad.
-Manifiéstate, Señor Jesús, a todos los que no te conocen para que también ellos lleguen a gozar de tu salvación.
-Que tu nombre, Señor, se manifieste hasta el confín de la tierra y que todos los hombres descubran el camino que conduce a ti.
-Tú que viniste por primera vez para salvar al mundo, ven de nuevo para salvar a los que en ti creen y atraer a ti a los que todavía no creen.
-Conserva, Señor, y defiende siempre aquella libertad de espíritu que tu venida trajo a los redimidos.
Oración: Dios todopoderoso, te pedimos que tu Hijo, que se encarnó en las entrañas de santa María Virgen, nos haga partícipes de su abundante misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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