Abrazar mis fuerzas.
Entusiasmarme con la vida.
Disfrutar dando y recibiendo amor.
Enfrentar y transformar mis miedos.
Pedir ayuda y consuelo cuando lo necesito.
Confiar en mi misma.
Tomar mis propias decisiones y hacer mis propias elecciones.
Ser amiga de mi misma. Darme cuenta de que tengo derechos emocionales.
Hablarme a mi misma tan amablemente como lo hago a mis plantas.
Comunicarme amorosamente, con la comprensión como meta.
Darme a mi misma crédito por mis logros.
Sobreponerme a mi adicción de la aprobación de los demás.
Amar a la niña que hay dentro de mí.
Darme permiso para jugar.
Dejar de ser una esponja de absorber responsabilidades.
Sentir todos mis sentimientos y actuar en consecuencia.
Nutrir a otros porque quiero, no porque tengo que hacerlo.
Insistir en que se me pague correctamente por mi trabajo,(aunque a veces no suceda).
Poner límites y ajustarme a ellos. Decir sí sólo cuando quiero decirlo, (no porque me obliguen).
Tener expectativas realistas. Tomar riesgos y aceptar el cambio.
Crecer a través de desafíos.
Ser totalmente honesta conmigo misma.
Corregir creencias erróneas.
Respetar mis vulnerabilidades.
Sanar heridas viejas y actuales.
Decirle adiós a la culpa.
Tratarme a mi misma con respeto y enseñarle a los demás a hacer lo mismo.
Planear para el futuro pero vivir en el presente.
Valorar mi intuición y sabiduría.
Saber que soy digna de ser bien amada.
Celebrar la diferencia entre hombres y mujeres.
Desarrollar relaciones sanas y de apoyo mutuo.
Aceptarme así como soy.