Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NUESTRO MUNDO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ☼General☼ 
 ☼Normas d Nuestro Mundo☼ 
 ☼Oremos☼ 
 ☼Nuestra Capilla☼ 
 ☼Cumpleaños☼ 
 ☼Reflexiones☼ 
 ☼Poesías y Poemas☼ 
 ☼A cocinar!!☼ 
 ☼Ofrecimientos de firmas☼ 
 ☼Retirar firmas☼ 
 ☼Grupos Amigos☼ 
 Rincón de Juanito (Sus Rutas Antiguas) 
 
 
  Herramientas
 
General: EVANGELIO DE HOY MARTES 7 DE OCTUBRE DEL 2014
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: campitos0  (Mensaje original) Enviado: 08/10/2014 19:11
biblia2.gif picture by silvygilbert

 

 

 

 

 Martes de la vigésima séptima semana del tiempo ordinario

Carta de San Pablo a los Gálatas 1,13-24. 
Hermanos: 
Seguramente ustedes oyeron hablar de mi conducta anterior en el Judaísmo: cómo perseguía con furor a la Iglesia de Dios y la arrasaba, 
y cómo aventajaba en el Judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, en mi exceso de celo por las tradiciones paternas. 
Pero cuando Dios, que me eligió desde el seno de mi madre y me llamó por medio de su gracia, se complació 
en revelarme a su Hijo, para que yo lo anunciara entre los paganos, de inmediato, sin consultar a ningún hombre 
y sin subir a Jerusalén para ver a los que eran Apóstoles antes que yo, me fui a Arabia y después regresé a Damasco. 
Tres años más tarde, fui desde allí a Jerusalén para visitar a Pedro, y estuve con él quince días. 
No vi a ningún otro Apóstol, sino solamente a Santiago, el hermano del Señor. 
En esto que les escribo, Dios es testigo de que no miento. 
Después pasé a las regiones de Siria y Cilicia. 
Las Iglesias de Judea que creen en Cristo no me conocían personalmente, 
sino sólo por lo que habían oído decir de mí: "El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes quería destruir". 
Y glorificaban a Dios a causa de mí. 



Salmo 139(138),1-3.13-14ab.14cd-15. 
Señor, tú me sondeas y me conoces,
tú sabes si me siento o me levanto; 
de lejos percibes lo que pienso,
te das cuenta si camino o si descanso, 
y todos mis pasos te son familiares.

Tú creaste mis entrañas, 
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!

Tú conocías hasta el fondo de mi alma
y nada de mi ser se te ocultaba, 
cuando yo era formado en lo secreto, 
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.





Evangelio según San Lucas 10,38-42. 
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. 
Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. 
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". 
Pero el Señor le respondió: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, 
y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada". 



 

 

 

silvia6.png picture by silvygilbert

 



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: campitos0 Enviado: 08/10/2014 19:12

Comentario: Rev. D. Josep RIBOT i Margarit (Tarragona, España)

Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola

Hoy, como cada día, puedes aprender del Evangelio. Jesús, invitado en el hogar de Betania, nos da una lección de humanidad: Él, que quería a la gente, se deja querer, porque las dos cosas son importantes. Rechazar las muestras de afecto, de Dios y de los demás, sería un grave error, de consecuencias nefastas para la santidad.

¿Marta o María? Pero..., ¿por qué enfrentar a quienes tanto se querían, y querían tanto a Dios? Jesús amaba a Marta y María, y a su hermano Lázaro, y nos ama a cada uno de nosotros.

En el camino de la santidad no hay dos almas iguales. Todos procuramos amar a Dios, pero con estilo y personalidad propios, sin imitar a nadie. Nuestro modelo está en Cristo y la Virgen. ¿Te molesta la manera de tratar a Dios de otros? Intenta aprender de su piedad personal.

«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude» (Lc 10,40). Servir a los demás, por amor a Dios, es un honor, no una carga. ¿Servimos con alegría, como la Virgen a su prima santa Isabel o en las bodas de Caná, o como Jesús, en el lavatorio de los pies en la Última Cena?

«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,41-42). No perdamos la paz, ni el buen humor. Y para eso, cuidemos la presencia de Dios. «Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (…); o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca» (San Josemaría).

«María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada» (Lc 10,42). Dios nos quiere felices. Que nuestra Madre del Cielo nos ayude a experimentar la alegría de la entrega.




 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados