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De: campitos0 (Mensaje original) |
Enviado: 29/12/2015 00:28 |
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Juan, Santo
Apóstol y Evangelista, 27 de diciembre
Por: P. Ángel Amo. | Fuente: Catholic.net
El Discípulo Amado
Martirologio Romano: Fiesta de san Juan, apóstol y evangelista, hijo de Zebedeo, que junto con su hermano Santiago y con Pedro fue testigo de la transfiguración y de la pasión del Señor, y al pie de la cruz recibió de Él a María como madre. En su evangelio y en otros escritos se muestra como teólogo, habiendo contemplado la gloria del Verbo encarnado y anunciando lo que vio. († s.I)
Breve Biografía
Juan, hijo de Zebedeo y de Salomé, hermano de Santiago, fue capaz de plasmar con exquisitas imágenes literarias los sublimes pensamientos de Dios. Hombre de elevación espiritual, se lo considera el águila que se alza hacia las vertiginosas alturas del misterio trinitario: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios”.
Es de los íntimos de Jesús y le está cerca en las horas más solemnes de su vida. Está junto a él en la última Cena, durante el proceso y, único entre los apóstoles, asiste a su muerte al lado de la Virgen. Pero contrariamente a cuanto pueden hacer pensar las representaciones del arte, Juan no era un hombre fantasioso y delicado, y bastaría el apodo que puso el Maestro a él y a su hermano Santiago -”hijos del trueno”- para demostrarnos un temperamento vivaz e impulsivo, ajeno a compromisos y dudas, hasta parecer intolerante.
En el Evangelio él se presenta a sí mismo como “el discípulo a quien Jesús amaba”. Aunque no podemos indagar sobre el secreto de esta inefable amistad, podemos adivinar una cierta analogía entre el alma del “hijo del trueno” y la del “Hijo del hombre”, que vino a la tierra a traer no sólo la paz sino también el fuego. Después de la resurrección, Juan parmanecerá largo tiempo junto a Pedro. Pablo, en la carta a los Gálatas, habla de Pedro, Santiago y Juan “como las columnas” de la Iglesia.
En el Apocalipsis Juan dice que fue perseguido y relegado a la isla de Patmos por la “palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.” Según una tradición, Juan vivió en Éfeso en compañía de la Virgen, y bajo Domiciano fue echado en una caldera de aceite hirviendo, de la que salió ileso, pero con la gloria de haber dado también él su “testimonio”. Después del destierro en Patmos, regresó definitivamente a Éfeso en donde exhortaba infatigablemente a los fieles al amor fraterno, como resulta de las tres epístolas contenidas en el Nuevo Testamento. Murió de avanzada edad en Éfeso, durante el imperio de Trajano, hacia el año 98.
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Loreta o Lorena Fusconi, Beata
Religiosa, 27 de diciembre
Por: . | Fuente: Catholic.net
Religiosa y Virgen Beata Tradicional, no incluido en el actual Martirologio Romano
Monja del siglo XV, de esta Beata se conoce que nació en Norcia, en Umbría, el lugar de nacimiento de San Benito, era hija de uno de las familias más importantes de la ciudad. Su padre, Giovanni Fusconi era senador de Roma. Amigo del Papa Urbano VI, fue él quien se las arregló para salvar al Papa de un peligroso atentado urdido en su contra.
Sin duda fue en la casa de su padre, un senador cristiano ejemplar, que Loreta cultivó las primeras semillas de su propia vocación religiosa. No fue un paso fácil para ella el que dio cuando, siendo aún muy joven, alrededor del año 1400, decidió dejar a su familia para entrar en un convento dominico.
Vistió el hábito blanco y negro de las hijas de Santo Domingo en Norcia, en la iglesia suburbana dedicada -en ese entonces- a San Vicente y hoy dedicado a Nuestra Señora del Rosario. Junto a la iglesia, se había construido un convento dominico, que florecía en esos momentos. Ella sería la primera postulante del convento, y con el tiempo fue la primera monja que profesaría sus votos en él. Allí sirvió durante treinta años, hasta su muerte en 1430. Durante treinta años, la hija de la senatorial familia Fusconi fue un ejemplo de intensidad en la oración, a perseverancia en la penitencia, de delicada pureza, de heroísmo en la cotidiana caridad.
Aquellas con las virtudes que secretamente brillaron en quien parecía haber nacido para brillar en la pompa y admiración mundana, la chica que había salido de la opulencia de su casa patricia a la pobreza del asilo dominico, que había renunciado a un magnífico lugar en el mundo por la oscuridad y el silencio de un monasterio. Pero -como dicen los hagiógrafos- las renuncias hechas por amor a Dios, nunca se hacen en vano, siempre encuentran un premio sin parangón: la dulce satisfacción del alma, en esta vida, y de la felicidad eterna en la siguiente.
El mundo en su tiempo, y también el de hoy, no llega a entender tales renuncias, pero somos testigos que su nombre a pasado a la historia, se mantiene vivo el recuerdo y admiración que su sencilla vida genera, su memoria a trascendido a cualquier vivencia mundana. La pequeña flor de Norcia del gran árbol dominico aún irradia su delicada belleza y aun perdura su tierna fragancia.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
Nota sobre la imagen: No representa a la beata, es tan sólo una figura genérica con el hábito dominico.
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