En el instante en que atrapes a tu ser pensando en negativo, debes
desecharlo instantáneamente. No te detengas a decir: “adíos”al error ,
sino que inmediatamente sitúa tu atención en la Presencia de Dios. En
efecto ,podemos decir que cuando el error se presenta en la
conciencia, los primeros cinco segundos son de oro.
Por tanto, cuando veáis en el Lugar Santo la abominación desoladora
de la que habló el profeta Daniel ( El que lee, que entienda), entonces
los que están en Judea, huyan a los montes. El que esté en la azotea,
que no descienda para tomar algo de su casa, y el que esté en el
campo, no vuelva atrás para tomar su capa.
Jesús enseñó esta lección en su propio y gráfico modo. El lugar
sagrado es tu conciencia y la abominación de desolación es cualquier pensamiento negativo, porque un pensamiento negativo significa creer
en la ausencia de Dios en el punto concerniente.Es imposible obviar
esta ilustración una vez que la hayamos interiorizado.