Los espíritus guías no son ángeles y los ángeles son diferentes a los espíritus guías. Generalmente los espíritus guías han tenido forma física con anterioridad, mientras que los ángeles nunca han estado encarnados en este planeta. Sin embargo son percibidos por algunas personas de un modo muy similar. Aunque ambos tipos de seres espirituales están dedicados a guiarnos y protegernos, los espíritus guías se ocupan más de los asuntos cotidianos, mientras que la actividad de los ángeles suele estar enfocada hacia nuestra elevación espiritual, a ayudarnos a alcanzar reinos más elevados, reinos cuyos valores son totalmente diferentes a los que rigen en este mundo físico.
Esto no quiere decir que los ángeles se desentiendan de los numerosos problemas que debemos afrontar en la vida diaria, pues su protección abarca también al nivel mundano, pero su ayuda para resolver estos problemas siempre tendrá un componente de superación espiritual, siempre hará que dicho problema sea una oportunidad para mejorarnos, para crecer a un nivel esencial, pues ésta es su principal tarea: acercarnos más a Dios.
Debemos tener en cuenta que el mundo invisible está poblado por seres muy numerosos y diferentes, que también presentan grados muy diversos de evolución espiritual. Algunos chamanes se sirven de espíritus protectores, los cuales tampoco tienen absolutamente nada que ver con los ángeles. En muchos casos estos espíritus protectores más parecen feroces animales incorpóreos, cuya única misión es proteger al ser humano a quienes sirven. El Dr. J. Grinberg Zilberbaum cita el caso de Don Panchito y Doña Sara, chamanes del Yucatán cuyos espíritus protectores llegaron a dañar seriamente e incluso a causar la muerte a quienes habían perjudicado a sus “dueños”. Eran espíritus protectores muy eficientes, pero por supuesto, no tenían nada de ángeles.