Todo mi empeño es acostumbrarte a ver el Cristo, o sea, ver el centro divino del átomo, de cada átomo, no importa en lo que sea. En todo, desde la basura y los excrementos, hasta el perfume más fino, la crema más delicada, la tierra de la calle, el cadáver putrefacto, el rubí o el brillante más costoso. Todo es la misma sustancia, el mismo principio, la misma esencia, sólo el pensamiento que los forjó es diferente.
Hasta ahora nos hemos concentrado en lograr manifestar las cosas que nos son necesarias por medio de algún tratamiento y luego dar gracias a Dios y esperar hasta que la condición u objeto aparezcan en nuestras vidas. Ahora te voy a dar una idea nueva, para que te vaya penetrando en el subconsciente. Ella irá madurando y levantando toda la masa, como dice Jesús. Como ya dije, cada minuto entran en el corazón incontables millones, de millones, de millones, de millones de unidades de Luz Electrónica. Esa Luz Electrónica es la sustancia de todas las cosas. Sustancia de Dios, como le decimos. Por consiguiente, piensa por un momento. Es la Sustancia de todas las cosas. La sustancia de todo lo que podemos desear. Esto puede ser de curaciones, de iluminaciones, de liberaciones, de virtudes, de objetos, en fin, que no se le ha puesto tasa ni medida. Es la Sustancia de todo cuanto existe. Eso quiere decir que el Padre ya ha provisto y previsto todo cuanto nos pueda suceder o que podamos necesitar. Todo, todo, todo, lo tenemos ya en nuestros corazones en forma de Esencia, lo que hay que hacer es precipitarlo hacia fuera. Eso que llamamos precipitaciones y que nosotros le damos el nombre de demostración o manifestación es un arte y una ciencia. Fíjate bien, hasta ahora lo hemos demostrado, sin saber siquiera cómo lo hacíamos, ni cómo se lograba, o quién o quiénes hacen ese trabajo. Ahora sabes que es una Ciencia que se tiene que aprender. Las personas que mueren llegan al otro lado con una especie de ropa hecha con material astral, como velos flotantes, por eso es que siempre pintan a los fantasmas con tules vagos, movibles. Como cada persona tiene ya un concepto establecido de que no se puede y no se debe andar desnudo, el subconsciente envuelve el cuerpo astral en materia astral para que no ande sin ropa. El subconsciente siempre nos está complaciendo. Más adelante, cuando el espíritu progresa y asciende a planos superiores, aprende a precipitar lo que desea. Entonces se viste como más le guste. El vestido es hecho de materia astral, o etérica, o espiritual, según el plano en que se encuentre. Por eso vemos las figuras de los Ángeles y Serafines trajeados en bellísimos ropajes con piedras preciosas, etc. Hay espíritus que en esta vida fueron hindúes en su última encarnación y ese es el traje que más les gusta. Otros fueron personajes de la Edad Media, damas bellísimas del tiempo de los Luises, en fin, cada uno se viste como mejor le gusta y lo manifiesta con la sustancia electrónica que tiene dentro del corazón, que es inagotable y constante, porque Dios quiere que cada uno de sus hijos manifieste lo que es: un Príncipe o una Princesa en la Mansión del Padre, con poderes absolutos.
Para que comprendas mejor voy a relatarte un hecho que me sucedió a mí. Un señor amigo mío y bastante adelantado en cosas que yo no he comprendido aún, me dijo un día: “Pasé muy mala noche con esto o aquello. No tenía comida en la casa y sentía mucha debilidad. Menos mal que yo sé “precipitar” y formé el gusto y la sustancia de una manzana, la ingería y se me pasó la debilidad. Después hice lo mismo con un vaso de leche”.
Yo, por supuesto, me quedé muy pensativa, meditando mucho en eso hasta que comprendí el “principio” de la cosa ¿Comprendes lo que estoy diciendo? Él no tuvo sino que invocar de su interior la sustancia de un vaso de leche y de una manzana, el gusto y probablemente hasta la forma, comérselo y beberlo y ya está. No otra cosa fue el milagro de los panes y los peces realizado por Jesús. ¿Recuerdas que una de mis clases anteriores te dije esta frase: “Mi mundo contiene todo” y te enseñé a usarla? ¿Vas viendo cómo es más de lo que podías suponer?
En todo hotel respetable y de cierta categoría, todo tiene que funcionar a cabalidad. Quiero decir la plomería, la electricidad, el aseo y el servicio, etc. En las lámparas tiene que haber bombillos, en el baño tiene que correr el agua y los tapones deben estar en orden. Si algo de esto marcha mal, inmediatamente se llama a la Oficina y se reclama. Vemos entonces que la Oficina pasa el reclamo a lo que llaman “mantenimiento”. Así se llama el Departamento que atiende a todo lo que se refiere a plomería y electricidad y un carpintero. Según el tamaño del hotel ese Departamento tiene un número mayor o menor de asistentes que están constantemente “manteniendo” el edificio en perfectas condiciones.
Bueno, pues “como es abajo es arriba”, o sea, que como marchan las cosas en el plano físico o material así marchan también en lo espiritual. Pero la verdad es lo de arriba, es lo que rige, o sea, que como marcha lo espiritual es que “debe marchar lo material”. La primera forma “como es abajo es arriba” nos da la norma de cómo están marchando nuestras cosas mentales. La segunda, “como es arriba es abajo”, es para que sepamos cómo deben marchar.
Ya sabes cómo deben marchar. El Cristo es perfecto. Basta detenerse un momento a considerar en qué forma funciona realmente en el espíritu una cosa, para que esa cosa, si está dando pruebas de desorden se organice inmediatamente.
“Como es arriba es abajo”. Ves cómo en el ejemplo del Hotel, de las Oficinas mandan inmediatamente un plomero o un electricista, o en el caso de una gaveta, una puerta o una llave, mandan un carpintero o un cerrajero. Eso quiere decir que el Principio o Ley que debe regir es la Perfección y que si no hay Perfección aparente se manda a arreglar inmediatamente. El Hotel o la Organización que no procede de inmediato a establecer la Perfección no conoce su oficio, es ignorante y tiene que empezar por aprender. No es que no sirva para nada, es que tiene que aprender.
La mismísima cosa pasa con el cuerpo humano, con la conciencia humana con respecto al plano espiritual y al plano material. Cada uno de nosotros somos una gran organización de la cual viven millones de seres vivientes. Nuestras células y nuestros átomos son seres vivientes congregados en una enorme Organización que es nuestro cuerpo cuádruple: físico, etérico, emocional y mental, gobernados por el “Yo Soy”.
Continua..