Bien puedo haberme sumado, en su momento, a las filas de quienes se sintieron algo confundidos por lo que el Amado Jesús afirmara, al decir:
"Sed, pues, perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto". [Mateo 5:48]. Recuerdo la desazón sentida al pensar: "¿Cómo puedo yo ser perfecto si, por definición, al ser yo humano, soy imperfecto? ¡Esto no es justo!", y estoy seguro de que esta posición tendría muchos simpatizantes. Sin embargo, lo que el Maestro EL MORYA ofrece a continuación sobre este particular, constituye la gran aclaración de este punto [tomado de "El Diario de El Puente a la Libertad-El MORYA"] en la cual, como se verá, no sólo NO hay injusticia alguna, sino que el exhorto de Jesús es algo tangible y posible de realizar para el ser humano, como lo es todo el Evangelio. Recuerden que al salón de clases Tierra no hemos venido a sufrir ni a gozar, ni a pagar ni a que se nos pague... sino a APRENDER.
EXTERIORIZAR LA NATURALEZA DE DIOS
(Febrero de 1956)
Dios, el Padre, la Presencia "YO SOY" Cósmica, creó al hombre a Su imagen y semejanza. Al hijo así creado se le dio libre albedrío para exteriorizar la naturaleza espiritual del Padre a través de sus propios centros de pensamiento y sentimiento. Así, cada uno de tales hijos desarrolla un Espíritu Santo propio. Es el PRIMER PASO sobre un Sendero de esta índole cuando un hombre expresa su deseo de "levantarse y regresar a su Padre" -convertirse como Él en naturaleza. Luego, los Maestros tenemos el privilegio de asistir a tal hombre fervoroso a elevar conscientemente la acción vibratoria de sus pensamientos, sentimientos y personalidad, de manera que pueda convertirse en un centro irradiador del Espíritu de Santidad.