Es una inquebrantable ley mental, que tú tienes que perdonar a otros
si quieres superar tus dificultades, y hacer algún real progreso
espiritual.
La vital importancia del perdón, puede no ser obvia a primera vista,
pero puedes estar seguro que no es por casualidad que todo gran
maestro espiritual desde Jesús Cristo hacia abajo han insistido tan fuertemente sobre eso.
Tu debes perdonar injurias, no sólo en palabras o externamente, sino también en tu corazón, y eso es lo extenso y lo breve de ello. Tú haces esto no por el bien de los demás, sino por el tuyo. El resentimiento, la condenación, la ira, desear ver a alguien castigado, son cosas que
pudren tu alma. Cosas como estas, atan tus problemas a ti con
remaches. Te ponen grilletes a otros problemas, que en realidad no
tienen en absoluto nada que ver con las quejas originales en sí.
No devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición ( l Pedro 3:9)