EL ABOGADO
Después de haber vivido, mi vida llegó a su fin...
Sentado sobre una banca de acusados, era una sala de jurados.
Miré a mí alrededor, vi. al fiscal quien tenía apariencia de villano. Miré a la izquierda y estaba mi abogado, un caballero con una mirada bondadosa.
El fiscal dijo: Mi nombre es Satanás y comenzó a hablar de las mentiras y horribles cosas y perversiones cometidas por mí.
Me sentía tan avergonzado.
Pero también había hecho cosas buena, ¿No podrían esas cosas buenas equilibrar lo malo?
Satanás dijo: Debe ir al infierno, es culpable y por fin se hará justicia este día....
Mi Abogado se levantó y empezó a era Jesús Mi Señor y Salvador.
Se paró frente al juez: Padre, y dijo: Satanás está en lo correcto al decir que este hombre ha pecado, no voy a negar las acusaciones, merece ser castigado. Y proclamó: Sin embargo yo di mi vida en la cruz para que pudiera tener vida eterna y me ha aceptado como su Salvador, por lo tanto es mío.
Su nombre está escrito en el libro de la vida y nadie me lo puede quitar.
El juez levantó su poderosa mano, y dijo:
“Este hombre es libre, el castigo para él ha sido pagado en su totalidad, caso concluido”.
Cuando mi Salvador me conducía fuera de la corte, le pregunté: ¿Ha perdido algún caso?
Jesús sonrió amorosamente y dijo:
“Todo aquel que ha recurrido a mi para que lo represente, ha obtenido el mismo veredicto tuyo... Pagado en su totalidad”. |