LA VIDA ES UN HASTA AYER
La vida es un hasta ayer, es un hasta hace un instante. La vida está hecha de segundos, pero un solo segundo de esos puede cambiar por completo tu vida para siempre. Por eso la vida es un hasta ayer.
La vida no es lo que pudo haber pasado. Es, simplemente, lo que hiciste que pasara y lo que haces que pase. Es el sujeto que hace que un verbo tome movimiento.
La vida es un transpirar de energía, que se revitaliza con la emoción diaria de encontrar, cada vez más, su sentido.
La vida es sólo hoy... lo que ya pasó, pasó, bueno o malo, regular o pesado, agradable o desagradable, positivo o negativo, pasó. No importa lo acontecido ayer. Desde mañana comienza como una especie de película nueva. Tú eres quien cambia ese rollo, para que las oportunidades aparezcan y llenes de luz la película.
Como la vida es hasta ayer, podemos emplear una estrategia para acelerar el que sucedan cosas nuevas, diferentes, agradables, perdurables en la memoria de los buenos momentos. Es en estos casos cuando yo acudo a lo que he llamado “Punto de quiebre”.
Punto de quiebre es una acción que acometes, después de haber vivido algo (en el ayer) que rompe con el pasado y genera nuevos instantes de presentes. Es una especie de decisión, repentina y programada a propósito, para que sucedan cosas que deseas, buenas para tu vida.
El punto de quiebre puede ser tan repetitivo o lento como tú quieras. Hay personas que nunca hacen punto de quiebre. Sus vidas siempre son lo mismo. Eso no significa que sea malo, pero el universo es tan amplio y la vida tan corta y única, que vale la pena, a veces, probar o realizar cosas nuevas y diferentes.
Entonces, el punto de quiebre es como una especie de botón, para desconectar un instante y pasar a otro diferente. Esta técnica lo podemos aplicar en las siguientes instancias:
Con un pasado no favorable a tu vida...
Le pone punto final a una situación de poco agrado y te obliga a buscar o generar algo nuevo en tu vida.
Es cuando, por ejemplo, después de vivir mucho tiempo sabiendo que algo no está bien, tomar, de manera repentina, la decisión de acabar con esa situación.
Una relación de pareja conflictiva, en la cual la convivencia es intolerable. Una conducta repetitiva que te hace daño de parte de un compañero de trabajo. Un proveedor que siempre hace algo desagradable en la manera como ejecuta el servicio. El sentimiento de sufrimiento por la muerte de un ser querido. El punto de quiebre nace cuando de repente te dices, “ya está bueno, no lo acepto más...” y decides hacer que algo cambie en la manera de percibir o afrontar las situaciones antes descritas. Es una decisión, con una fuerza exponencial de acción inmediata (que quizá tengas mucho tiempo pensando tomar, pero que nunca habías ejecutado).
Para generar un cambio…
A veces vivimos como en una especie de inconsciente con uno mismo. Hacemos lo que hacemos, pero no nos damos cuenta de cómo lo hacemos, de lo que hacemos y de la intensidad como lo hacemos.
Por ejemplo, trabajamos en un lugar que no nos motiva, pero trabajamos allí. O, trabajamos en algo que realmente no nos llena. O, estamos en la ciudad que no llena todas nuestras expectativas, pero tenemos 20 años viviendo allí.
Cuando decides aplicar el punto de quiebre, es como si todo se detuviera. ¿Qué deseo hacer para sentirme mejor conmigo mismo(a)? ¿Qué motivo debo exponer (o anteponer) para que actúe como la zanahoria que persiguen los canes en las carreras de perros? ¿Qué puedo identificar para que tenga la suficiente fuerza para hacerme mover de mis rutinas?
A veces es muy necesario buscar, promover el movimiento, que permita que cosas nuevas comiencen a suceder.
Un futuro, después del éxito...
El punto de quiebre es como una energía que le inyectas al cuerpo para vivir con más ganas, con más intensidad, los próximos instantes y recuerdos de la vida. Te llena el tanque de gasolina del entusiasmo, activa el deseo de la determinación y eleva el nivel hormonal por el deseo.
El punto de quiebre también lo podemos aplicar cuando todo está bien, para seguir por la senda de ese camino. A veces el éxito nos ciega o no nos permite ver otras nuevas oportunidades.
La vida es una hasta ayer… y eso es suficiente motivo para preguntarte, ¿Cuántos puntos de quiebres le puedo dar ya?
SALUDOS….ADRY