Todo el mundo experimentará tristeza o duelo en algún momento de su vida. Si alguien a quien queremos muere, si un matrimonio o una relación finaliza, si perdemos nuestro trabajo o somos víctimas de un crimen, la tristeza y el duelo son reacciones humanas normales.
El duelo es un proceso que siempre ocurre después de una pérdida. Este proceso tiene unos estadios que se solapan.
Hay un periodo inicial de aturdimiento que dura desde horas a un par de semanas, o dificultad para aceptar lo que ha ocurrido. Esto da paso a una mezcla de sentimientos de tristeza, rabia, perplejidad, desesperanza y añoranza. Si una persona cercana se va, sea por muerte o separación, se puede encontrar uno a sí mismo preguntándose cómo recuperarlos, buscándolos o teniendo recordatorios de ellos. Se puede también oír su voz o pensar que se les puede haber visto en lugares conocidos.
Entonces esta situación cambia gradualmente durante un periodo extenso de tiempo hacia una aceptación de la pérdida y hacia formas de incorporar el hecho de la pérdida en la vida propia. Esto puede durar bastante tiempo.
¿Por qué reaccionamos de la forma en que lo hacemos?
El cómo un individuo reacciona a cualquier acontecimiento triste en su vida dependerá de un número de factores. Por ejemplo, su educación, su relación con la persona que ha perdido y otras cosas que ocurren en su vida influenciarán la forma de enfrentarse a la situación.
El duelo es causado por grandes cambios o grandes pérdidas. Las cosas nunca volverán a ser lo mismo. Alguna gente es capaz de soportar la pena bien pero otros se aíslan en sí mismos y se deprimen, están asustados o incluso piensan en el suicidio. Estar triste es natural, tan natural como estar feliz. En tiempos difíciles, realmente es más sano permitirse estar triste que pretender que no ha pasado nada. Mucha gente es educada pensando que si tiran de sí mismos y tiran adelante con su vida, las cosas se solucionaran por si mismas y se olvidarán de lo que ha ocurrido. Esta actitud puede hacer más difícil el expresar sus sentimientos, llorar o pedir ayuda.
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