A través de los años la odontología clásica intentó cumplir con dos principios fundamentales: el alivio del dolor y la restauración de la función, sin importar casi nada el concepto de integración estética y naturaleza conservadora. Muchos materiales fueron desarrollados como aleaciones metálicas de diversos tipos incluso para pequeñas cavidades.
Luego la aparición de materiales como los silicatos auguraba el inicio de la operatoria dental estética, pero su elevado poder irritante pulpar acompañado de la nula adhesión a los sustratos dentarios y de la alta inestabilidad cromática, hicieron que muchos sueños se vieran desvanecidos. Lo mismo sucedió con los composites dentales que gozan por un lado del beneficio de la adhesión dentaria, pero presentan el inconveniente de la contracción de polimerización.
Las cerámicas dentales continúan con un prometedor desarrollo, pero el problema fundamental radica en lograr la creación de una subestructura o núcleo libre de metal con buenas propiedades biológicas y mecánicas que superen a sus competidores análogos actuales.
La industria dental presionada por razones de tipo biológico, culturales y sociales, ha desarrollado nuevos conceptos y materiales para la odontología contemporánea, exentos de metal que tratan de imitar al máximo la naturaleza del tejido dentario.
El uso del óxido de alúmina inicialmente seguido del desarrollo combinado del circonio utilizado en distintas disciplinas odontológicas, abren una nueva luz de esperanza hacia el camino definitivo en búsqueda del material ideal, no sólo para especialidades restauradoras sino también implanto lógicas.
El circonio es un elemento químico descubierto en 1789 por Martin Klaproth, pero fue aislado en estado puro en 1914. Pertenece a los metales de transición, es duro, resistente a la corrosión y similar al acero. Como conclusión cada día va en aumento la demanda de restauraciones libres de metal por lo cual han proliferado varias alternativas de cerámica. En el consultorio los pacientes piden cada vez más restauraciones estéticas que no tengan márgenes oscuros por el metal.
La única opción que se tenía era el Empress 2A, pero su limitante es que sólo se puede restaurar hasta premolares como prótesis fija. Este sistema de cerámica de zirconia es una opción para prótesis fijas, incluyendo coronas de molares, coronas individuales y estructuras de implantes. |