Cuando observamos que alguien actúa con ecuanimidad, mesura y sensatez decimos que es una persona equilibrada. Equilibrio es sinónimo de cordura, equidad, serenidad, orden, tranquilidad y estabilidad.
El sentido de equilibrio es la facultad fisiológica que nos permite estar de pie y percibir nuestra posición en el espacio. Sin equilibrio no solamente nos caeríamos individualmente sino que todo el Cosmos sucumbiría.
A nivel psicológico debemos equilibrar la vida emocional con la racional para poder enfrentar las vicisitudes de la existencia. La felicidad de cada quien dependerá de la armonía en las relaciones con los demás.
Para la civilización oriental el equilibrio ocurre cuando se nivelan las dos fuerzas encontradas que contiene todo lo que existe: El Yin y el Yang.
Los chinos definen la enfermedad como un desequilibrio entre el Yin y el Yang. Estas fuerzas conforman un equilibrio dinámico ya que cuando una aumenta, la otra disminuirá y produce un desbalance. Esto a su vez, ocasiona que una se debilite al ocupar mayor espacio y la otra tienda a aumentar al comprimirse provocando la presión que buscará normalizar e igualar a los dos elementos. Lo vemos en el momento de llenar un embase con agua caliente y fría a la vez. Las dos tenderán a buscar una temperatura igual. El equilibrio térmico se define cuando no exista flujo de calor entre los componentes de distinta temperatura. El equilibrio químico se da cuando dos o más sustancias juntas permanecen constantes, sin cambios a medida que transcurre el tiempo.
El Yin se asocia a la tranquilidad, suavidad, la noche, la oscuridad, el agua, el sueño, lo espiritual, la luna, el pensamiento, mientras que el Yang tiene que ver con el sol, la fortaleza, estar despierto, el día, la claridad, el fuego, lo racional, la acción.
Un exceso de Yin lo vincularíamos con la soledad, depresión, tristeza, noctambulismo. Una persona con el Yin alto se mostraría tímida, de bajo perfil, introvertida, prudente. Por el contrario, la abundancia de Yang causaría ansiedad, estrés, conductas neuróticas e hiperactividad. Las personas con predominio Yang serían extrovertidas, comunicativas y se hacen notar para bien o para mal. Las personas equilibradas conjugan ambos factores. Pueden ser alegres o estar tristes de acuerdo a las circunstancias. Buscan la amistad, vivir en paz y tranquilidad y no perder la calma. Aceptan tanto lo diurno como lo nocturno y disfrutan el sol y una buena noche de luna. Son prudentes en los momentos críticos y audaces si es necesario serlo.
"El equilibrio ocurre cuando se nivelan las dos fuerzas encontradas que contiene todo lo que existe: El Yin y el Yang"
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